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textos que en algún lado tenía que poner.

miércoles, 17 de junio de 2009

Mínimas (3): Morite si podés.


La muerte te deja helada. Es democrática dicen, no distingue mucho la tipa. Te sorprende cuando irrumpe inesperada y te destroza cuando te obliga a caminar por largo tiempo a su lado.


Cuando se muere un ser muy querido algo de vos se va y algo del difunto se te queda. A veces instala en un sitio al muerto de modo más presente que cuando estaba vivo. Y a veces duele tanto que no importa nada más.


Cuando se muere un famoso es rara la sensación. Por un lado está la cercanía, la familiaridad, es un poco tuyo. Y por otro lado la certeza de que era un desconocido. Te angustia si lo admirabas, pero no te da como para llorar a mares.


Cuando se murió mi abuela, hace poco, una amiga del alma me recordó que la muerte no existe.


No existe cuando querés a alguien porque el amor no se muere. Y no existe en el famoso cuando el talento lo sobrevive.


Igual, para ser algo que no existe, demasiado texto. Existe, ensayo mientras escribo, en los que la abrazan en vida. Quien vive vivo no muere, y quien muere al morir es porque ya estaba muerto.


A vos la muerte no te alcanza porque tu talento te supera. Chapeau.

Mínimas (2): A ver si me voy anoticiando.


Intentaba comer mi comida y que la menor comiera la de ella sin que revoleara el plato, tan solcito que es. Y le di el aro de plástico de la tapa de la botella de gaseosa en un burdo intento de lograr 10 segundos de su débil y frágil concentración. Contenta como un indio con vidrios de colores intentó ponérselo en la mano como pulsera y no le entraba. Luego en el dedo como anillo y le quedaba gigante. Me miró entonces anonadada y si fuera un comic (expresión no le falta) el globito de dialogo hubiera dicho: “Mamá, para qué carajo quiero esto?”.

Vengo haciendo dieta hace ya cuatro meses y si bien el camino es largo, tedioso, molesto y a veces muy aburrido los resultados me gustan y me gratifican. Al final, tantos años de profundidad complicada tirados a la mierda, me gusta la liviandad y en más de un sentido. Debo entonces buscar distracciones aunque sean banales para llegar a buen puerto. Ya que la balanza es numéricamente implacable, los números son buenos amigos a la hora de premios pelotudos. Por ejemplo, llegar a los 10 kilos menos fue todo un hito. Me dispuse entonces a festejar los 15. Comprándome botas, como corresponde. Los controles son semanales. Un control daba menos 14 y algo y no me daba la ansiedad para llegar a la próxima semana. Y de ahí a la zapatería. Pues bien, al otro control, no eran 15. Eran menos 16 y algo. Puta madre.


Lleno está el mundo de frases hechas y dichas hasta el cansancio que te adivirten sobre las limitaciones humanas: No hay que pedirle peras al olmo, la culpa no el del chancho, el hombre propone y Dios dispone, etc. Yo puedo agregar una de cosecha propia: Lo que vale es la intención, PERO CON ESO NO ALCANZA!

Es la vida al final, que no deja de darnos lecciones o de reírse de uno a carcajadas estruendosas. Y bueno, joderse, a esta altura del campeonato ya debería saber yo que las cosas no siempre pasan como uno quiere y que de las que pasan, algunas no nos sirven ni para anillo ni para pulsera.

MINIMAS: La intro.


Cumplimos más de un año aquí. Y haciendo el balance pertinente, hemos escrito menos de lo que deseábamos, nos han leído mucho más de lo que soñábamos y nos sentimos muy gratamente sorprendidos por el verdadero valor de realizar esta tarea.


En plural hablo porque hemos sido, y releyendo los textos no tengo ninguna duda, varias las yo que han pasado por este lugar. No les endilgo a los lectores nada de lo ocurrido. El fardo me lo cargo sola, que me sobra espalda y páginas en blanco. Y por otro lado, que culpa tienen, bastante que leen…


De paso y por qué no, dos firmes propósitos para este año “lectivo” que empieza a pura pluma y cachetazo: Escribir más. Y escribir menos.


Escribir con más asiduidad, porque se me antoja y para ejercicio y sanidad, y escribir con menos palabras por post. Para que el más se posible, es necesario el menos. Como para seguir con la dicotomía que nos hace compañía y alimenta la escritura.


Será un tiempo entonces de menos con "M de" y de más "Mínimas" sobre cualquier cosa y porque si.


Vamos con textos cortos entonces. Voy yo, a Ustedes nadie los obliga. Ahora, por las dudas, bienvenidos otra vez y espero que lo disfruten.