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textos que en algún lado tenía que poner.

viernes, 21 de noviembre de 2008

M de Maldición!



Apenas en unos meses cumplo 35 años. Me han vaticinado todo tipo de depresiones y crisis, conflictos e inquisiciones filosóficas.
Para ser honesta, yo vengo surfeando sobre la edad sin problemas.

Básicamente me importa un cuerno. Si, me molestan un poco las canas, me incomoda algo salir y que me lleve una semana recuperarme, y algunas otras nimiedades. Pero de verdad que nada de esto me quita el sueño. (El sueño me lo quitan la bebe de un año y los dos gatos molestos, así que no hay lugar para algo más)
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Además, la boludez no tiene edad. Y como uno se lleva puesto en el transcurrir de los días, no creo que el último día de los 34 estés esplendido y el primero de los 35 estés para el descarte.

Por otro lado, de un tiempo a esta parte (Alguna vez voy a escribir sobre el significado personal de “de un tiempo a esta parte”, pero se resume en un tumor que estaba y ya no) yo festejo todo. Porque me gustan las fiestas, porque me gusta mi familia, porque me gustan mis amigos y porque elijo pasarla bien. Así que yo espero mi cumpleaños y lo festejo. Siempre.


Hace apenas unos días, en la mitad del quilombo de fin de año (O me sobran eventos o me faltan días de acá al 31 de diciembre) me percaté de la proximidad de mi cumpleaños y hasta me gustó el número que se avecina, porque pareciera que merece un festejo mejor. O al menos me pareció una buena excusa.


Mientras ya tenía casi todo organizado en mi cabeza (La chopera, la banda, el boliche, el menú, los invitados, la invitación y los zapatos que me iba a poner) me di cuenta, otra vez, de que todo no se puede. Porque tenemos ganas de vacacionar en Brasil, y somos un paquete de cuatro, porque el colegio de las nenas aumentó, porque todo aumentó y todo no se puede. Mierda.


Y entonces si, casi me agarran una depresión, muchos conflictos y varias inquisiciones filosóficas. En ese orden.

Lo más triste es que yo no pensaba tener crisis de los 35. Y parece que ya me inventé una. Maldición.