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textos que en algún lado tenía que poner.

miércoles, 13 de mayo de 2009

M de Mínimas (1)


Pocas cosas más irritantes que un boludo alegre. Los cultores del buen humor sin motivo me resultan tan nefastos como los malhumorados eternos. Y los felices por decreto me sacan, al contrario del contrario, los depresivos, que me dan pena.

Se te murió tu vieja, te acaban de despedir, tenés hemorroides y colon irritable y se te venció el contrato de alquiler y en lo que era tu casa van a poner un shopping. Llega entonces uno de estos personajes ridículos y te dice: “Pero mirá que lindo día es”. Y claro, está lloviendo.

Lo bueno es que despierta en vos los instintos asesinos más profundos. Y para la tercera recreación mental del acto ya hiciste un poco de catarsis.

No defiendo el bajón ni la tristeza. No postulo el mal humor como opción. Pero creo realmente que lo que duele tiene que doler, sino se enquista. Y entonces, requiere de una gran valentía enfrentarte a las cosas feas, molestas, sufrientes, y hacerlas carne. Y bancarte lo que se viene sin poner cara de promotora de calditos en el super.


Luego habrá tiempo para buscarle el lado positivo, si es que lo hay. No siempre ocurre. A veces sólo se trata de pasar el duelo con dignidad. La dignidad es todo lo contrario a transitar por la vida salpicando como la abejita Maya (Dios, cuántos años tengo que me acuerdo de la abejita Maya?).


Porque entérense, manga de positivos al pedo, que si huele a mierda, se ve como mierda y sabe a mierda (Porque esta gente seguro que prueba) es mierda. Y si, podés ponerle un moño (rosa seguro, porque lo bueno de los boludos es que por lo general son coherentes), si le ponés un moño decía, será mierda con un moño, pero nunca otra cosa. Y lo podés dejar como adorno, pero creéme, en algún momento te va a llegar el olor.