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textos que en algún lado tenía que poner.

jueves, 31 de julio de 2008

M de Mujer: Inadvertida!


Con las últimas generaciones el legado viene complejo. Resulta que los cambios de los roles, los signos de los tiempos y la mar en coche hacen que lo único más o menos concreto que podamos heredar sea la receta de la tarta de jamón y queso. Y eso no significa que realmente la podamos cocinar.

Ocurre que nuestras madres estaban muy ocupadas liberándose del yugo del machismo y del mandato paternal, entonces hay cosas sobre las que nadie nos advirtió.
Me puse a pensar en algunas cuestiones elementales de los tiempos que corren que no nos enseñaron a nosotras, las mujeres sobre ellos, los hombres. Ahora resulta que:

1. Es factible que los hombres lloren.

2. Los hombres, además, se deprimen.

3. Los hombres de hoy no tienen ningún conflicto en vivir con una mujer que gane más que ellos.

4. Los hombres de hoy no tienen ningún conflicto en vivir con una mujer que trabaje y ellos no.
5. Los hombres de hoy cocinan. Muchas veces mejor que nosotras.

6. A los hombres de hoy, a veces, les duele la cabeza.
7. Ellos usan crema para la cara.

8. Ellos pueden tener casi tantos pares de zapatos como nosotras.
9. Hacen dieta. Y genéticamente adelgazan más rápido y más kilos que nosotras.
10. Están abiertamente dispuestos a ser el sexo débil.
11. No tienen problemas en lavar los platos, pero tampoco tiene problemas en que vos cambies la rueda del auto. De hecho, hacen los primero esperando que vos hagas lo segundo.

12. Los hombres disfrutan cuando las mujeres los encaran.

13. Algunos hombres, pudiendo evitarlo, se depilan. (¡!)

14. No hay objeciones para que seas vos la que maneja. Al centro. 7.45 de la mañana.

15. Ellos tardan más que nosotros en la ducha. Y la góndola de belleza para hombres del Super es tan grande como la nuestra.

16. Creen en la igualdad de los sexos, y en algunos casos, oportunamente, la defienden a muerte.


Y muchas otras cosas más, algunas que se y no se me ocurren ahora y otras que iré descubriendo… porque acá estamos, las nuevas mujeres aprendiendo sobre la marcha cómo son estos nuevos hombres… Y a los golpes, claro.

lunes, 28 de julio de 2008

M: de Mujer (con tetas).


De tanto repetirlo ya nos hemos convencido de que el tamaño no es lo que importa. Referido, claramente, a los atributos masculinos.
Porque pareciera que el tamaño si importa si a una mujer les sobran 20 kilos. O dos.

Y definitivamente el tamaño si importa si nos referimos a las tetas. Senos. Mamas. Busto. Pechos.

El promedio de mujeres con las tetas hechas, por ejemplo, en un oficina, ha subido estrepitosamente. “Me las hice por mi”, “Me las hice porque la ropa me cae mejor” , “Me las hice porque tenía mucha espalda, ahora estoy proporcionada”.
Mentira. MENTIRAAAAAA.

Te las hacés porque querés tener un par de tetas que rajen la tierra. Y que te las vean. No andemos con sutilezas.

Lo bueno es que cuando tenés la edad suficiente como para pagarte la operación tenés también la madurez suficiente (En la mayoría de los casos) como para no subestimar el tamaño de tu escote.

No es reprochable. Cada uno hace con su caja toráxica lo que quiere o lo que puede.

Sin embargo nunca ha sido un tema para mí. El tamaño. El de las tetas digo. 120 de corpiño junto con nada de pudor me han dado la gracia de disfrutar una adolescencia en pelotas. A pesar de los kilos que sobran… (Ese es otro punto, si tenes las tetas grandes no importa tanto todo el resto).

Pero, dos embarazos (Con sus respectivas, y extensas, lactancias) han causado estragos en un sentido. El “para abajo”. Los corpiños de mi talla, armados y bonitos, se han convertido en algo vital. Casi tanto como el tapa ojeras.
Dos de mis amigas, sin los 120 pero bien armadas, sin embarazos (Y sin lactancia, claro) sufren del mismo mal. Creo que se llama edad pero por ahora lo vamos a nombrar “la caída”. Tampoco estamos listas como para afrontar la depresión absoluta de la profundización en el tema.
Hemos decidido entonces, levantarnos las tetas. Las 6. Digo, las 6 tetas las 3 amigas.

Y de ser posible juntas. Así, mientras nos operan charlamos y podemos comparar. Es posible que el Cirujano, con nosotras tres hablando sin parar, abandone la profesión, pero este es otro tema.

Hemos decidido levantarnos las tetas, decía, y esperamos la oleada de críticas al respecto. Tres licenciadas, exitosas, que han abundado en lenguas y lecturas, en escritos y debates. Que saben, a ciencia cierta, que lo esencial es invisible a los ojos (frase puaj). Y qué? Nos vamos a operar igual.
Y que no me vengan con el riesgo quirúrgico, que al final corrés más riesgo cruzando una avenida llena de colectivos y tachos. Y si la objeción es económica es porque no tienen ni la más pálida idea de cuánto sale un corpiño. Talla 120. Con aro. Que no parezca el de mi abuela.
De todos modos, si por algún motivo no llegamos al quirófano, nos queda el consuelo de saber que si los hombres realmente popularizaron que el tamaño no es lo que importa, nosotras con mucha más facilidad deberíamos poder convencer al mundo de las ventajas de atarse las tetas con el cinturón.
Buenas noches (Y feliz cumple rubia).

jueves, 24 de julio de 2008

M de Mujer: Sex and the City con amigas, para un amigo.


Era ya de noche, cuando todos (Todos con los que vivo) duermen y yo escribo. Era ya de noche decía, cuando un amigo me paso x Chat un blog. Un amigo de siempre. Le respondo con este blog, que estaba en proceso y me responde “Sólo te falta contar como fuiste a ver Sex and the City con amigas”. Sin ánimos de juzgar, diré que fue el mismo que hace un par de meses me explicó que sale con “las de 20” (Todos nosotros, compañeros del cole, tenemos 34) porque “las de 30” quieren hijos. Sólo a título informativo.

Luego, me espetó, siempre con intención constructiva “Suena a Malena” (Maitena). Le iba a explicar yo que todas “las de 30” escribimos así, y sobre las mismas cosas, etc. Pero no le expliqué nada.

Luego, como si fui a ver Sex & the City con amigas, me pareció pertinente comentarlo.
Resumiendo, fuimos 4.

Yo, que como claramente ya lo dije, soy lo que hay. Y las otras tres amigas de esas que uno agradece tener.


La madrina de mis dos hijas, a la que no le importa mucho Sex and the City. Por algún extraño motivo si le gustan las películas tontas de amor, pero esta ni siquiera es eso. Así que dormitó (literalmente) media peli.


Otra de mis mejores amigas. Lesbiana ella. Se la pasó toda la película alabando al novio de Samantha, que si, está para matarlo. Pero como ella sale con mujeres no sabe que esos hombres tan bonitos no existen. O son gays.

Mi otra amiga, del alma también, compra ropa hasta en las verdulerías. Pero por algún razón incompresible NUNCA había visto la serie. Se dedicó entonces a hacer preguntas que el resto del Universo hizo en la primer temporada: Cómo hace esta Carrie, con un sueldo de periodista a comprarse esos zapatos? Eh??

Concluyo entonces en que debería decirle a mi amigo, al que siempre quiero, incluso a pesar de el, que, no todas las de 20 andan por la vida de joda como mariposas volátiles, no todas las de 30 quieren tener hijos y no todas las mujeres vamos a ver Sex and the City agarradas de la mano y dando grititos agudos mientras copiamos el peinado de Carrie, la cintura de Charlotte, la tetas de Samantha y la ironía de Miranda. Y definitivamente no todas las mujeres desean a un tipo al lado tan emocionalmente deficiente como Mr. Big.


Para cerrar el tema, y para hacerle honor a la amistad que le profeso (a mi amigo, no a Mr. Big), debo confesar que, aclarado todo lo anterior, estoy dispuesta a matar a alguien por un par de Dior Gladiator de cuero negros como los que usa la Bradshaw durante más de la mitad de las casi dos horas interminables que dura la peli.

miércoles, 23 de julio de 2008

M de todo junto. Ta que los parió...


Resulta que en estos días Martín está de viaje y soy sola, como dice una amiga (o viuda, como dice mi padre, en fin).

Me levante (me levante varias veces a la noche porque Isabella decidió que mientras el padre no está, ella va a llorar todas las noches a la madrugada), me levanté decía y después… mebañelavestiaesmesefuealcolefuialaoficinatrabajemucholleveaisaalodemimamapaseabuscarasmeporelcolegiolallevealaclinicalehicieronunfondodeojosvolvialodemimamalevanteaisallegueacasaconlasdoslasbañelesdidecomerylasacoste y ahí me di cuenta de que no había enviando el mail de la sección de viernes que mando siempre sobre el final de la semana al grupo de padres del colegio de la primogénita.


Y primero me fui a poner ropa cómoda (cómoda es raída y con el elástico flojo) y me saque las botas. Note entonces que las botas no tenían casi taco (Yo que no me bajaba de los 10cm). Fue como una sorpresa, como si no las hubiera comprado yo. Hace dos años. Y me puse a pensar en las cosas que se resignificaron de un tiempo a esta parte.

ANTES me vestía siempre de negro por convicción. Porque era oscura y profunda, sexy y atrevida. Porque el negro es el color de la noche.
AHORA me visto de negro porque es en donde menos se notan las manchas de los marcadores de la mayor y de la comida de la menor.

ANTES usaba escote para seducir.
AHORA uso escote para que sea más fácil dar de mamar.

ANTES iba al pool con todos mis amigos varones. Y nos encontraba el amanecer entre tacos y tragos.
AHORA, al amanecer, arranco con el pool del colegio, danza, las clases de cocina, los cumple y tantas otras cosas. Y de tacos y tragos ni hablar.

ANTES conocía el circuito más exclusivo de bares y boliches. Sabía en dónde estaba el mejor DJ y los mejores reservados.
AHORA procuro reservar con tiempo el pelotero en donde está la mejor animación del circuito de festejos infantiles.

ANTES estudiaba para la licenciatura, laburaba ochocientas horas por día, comía cualquier cosa, salía cinco noches por semana y me acostaba un par de horas antes de que sonara el despertador.
AHORA si la mayor tiene mucha tarea, justo tuve un par de reuniones, como un poquito pesado y me acuesto 10 minutos más tarde de lo habitual, cuando suena el despertador me muero.

ANTES una noche de romance era una cosa espontánea, propia de la locura del amor.
AHORA una noche de romance requiere de una planificación estratégica, propia de El arte de la guerra, que incluye que los abuelos no se enfermen, alguien se acuerde de poner Champagña en la heladera y por sobre todo, exige que no estemos agotados de organizar la noche.

Para cerrar, vale aclarar, es viernes, es tarde, recuerden, soy sola, entonces, las cosas en las que pensé son banales. Para las profundas necesito un Chivas. Y es raro, antes había siempre, ahora no hay… y no me había dado cuenta…

M de Madre: Humilde manual para madres con niños en primer grado.


1. Para empezar, si Usted, por algún defecto congénito, recuerda cómo fue su primer grado, olvídese. Cambió todo, no le sirve para nada.

2. La maestra de su hijo no la odia. La directora del colegio no la odia. El tono ese que usan de “Yo crío 45 chicos a la vez todos los años y vos apenas con uno no podes” es endémico de los docentes. No es nada personal, y además, lo hacen por el bien de su hijo. Relájese. Piense que los hijos de las maestras también tienen maestras… que usan el mismo tono!! (No es gratificante?)

3. Programe olvidarse a su hijo en el colegio. De ese modo, lo hará de una vez y no vivirá con el temor constante de que ocurra. Es más sano. Repita este protocolo para todo lo que lo pueda aplicar (Olvide forrar el cuaderno, olvide llevar la vianda, mándelo con zapatos el día que tienen gimnasia y con zapatillas el día que tienen que llevar la flauta dulce).

4. Si en el listado de útiles hay dados y naipes, no desespere, no es que el colegio oculta mesas de timba. Ahora así aprenden matemáticas. Cuando nos pidan un paquete de puchos y un encendedor, ahí si protestamos.

5. No sea ganso, los compañeros de sus hijos nunca son el enemigo. Quiéralos. Mire que el día de mañana pueden ser los padres de sus nietos. Incluso hasta la pareja de sus hijos.

6. Con el mismo criterio, no se pelee a muerte con los padres de los compañeros de sus hijos. El día de mañana pueden ser sus consuegros. (Que miedo…)

7. Póngale nombre a todo. Así, cuando pierdan todo lo que tiene nombre, por lo menos Usted sentirá que hizo todo lo posible. Atarles las cosas con cadenas, amenazarlos de muerte o ponerlos a trabajar en MCDonalds para pagar los útiles NO son opciones.

8. Procure llenar la alacena de barritas de cereal, galletitas de harina integral, granola y jugo de manzana. Es importante que los nenes tengan cosas para canjear en el recreo por palitos salados, mantecol recubierto en chocolate todo aplastado y la mitad del sándwich de salame que duerme en una mochila desde la semana anterior.

9. Tire su agenda por la ventana. Usted ya no tendrá vida social. Abandone el gimnasio. Despidase del peluquero. Renuncie a su trabajo. No va a tener tiempo para nada, porque Usted a pasado a ser una especie de transporte escolar 24hs. Los chicos tienen contraturno, danza, fútbol, gimnasia, cocina, arte, música, inglés, canto, guitarra, jockey, natación, turno con el pediatra, turno con el dentista, invitaciones a la casa de los compañeritos, cumpleaños de los amigos, cumpleaños de los hermanos de los amigos, cumpelaños de los amigos de danza... Y si finalmente cuando está el niño en el colegio Usted cree que ha ganado unas horas de libertad... no se ilusione... seguro la llaman para que lo retire porque le duele la panza (Recuerdá que canjeó la barrita de cereal por el sándwich de salame?)

10. No se vuelva loco con la tarea. Primero intente entender la letra de su hijo que no sabe
escribir. Luego intente entender qué es exactamente lo que pretende la maestra. Después, con un gran esfuerzo, comprenda que la tarea la tiene que hacer su hijo y no Usted. Y no lo moleste. O si. Total, el día de mañana la culpa de todo la va a tener de todos modos Usted.

11. Si la criatura viene con una mala nota, no ande llorando por los rincones. Cuando deje de llorar, no empiece a proclamar que seguro la nota fue “ejemplificadora” para el resto. Su hijo, señora, se porto MAL. Comprende? MALLL. No es taaannn tremendo.

12. Compre muchas boligomas. Estoy convencida, se las comen. O hay un mercado negro. Compre muchas y no cuestione. Es un buen modo de ahorrar. La Mylanta para la ulcera sale más cara.

13. Su hijo comenzó primer grado. No Usted. Usted ya hizo primer grado, pero hacer tantos años que no lo recuerda. Si Usted lo pasó, su hijo también puede. No sea densa.