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textos que en algún lado tenía que poner.

lunes, 28 de julio de 2008

M: de Mujer (con tetas).


De tanto repetirlo ya nos hemos convencido de que el tamaño no es lo que importa. Referido, claramente, a los atributos masculinos.
Porque pareciera que el tamaño si importa si a una mujer les sobran 20 kilos. O dos.

Y definitivamente el tamaño si importa si nos referimos a las tetas. Senos. Mamas. Busto. Pechos.

El promedio de mujeres con las tetas hechas, por ejemplo, en un oficina, ha subido estrepitosamente. “Me las hice por mi”, “Me las hice porque la ropa me cae mejor” , “Me las hice porque tenía mucha espalda, ahora estoy proporcionada”.
Mentira. MENTIRAAAAAA.

Te las hacés porque querés tener un par de tetas que rajen la tierra. Y que te las vean. No andemos con sutilezas.

Lo bueno es que cuando tenés la edad suficiente como para pagarte la operación tenés también la madurez suficiente (En la mayoría de los casos) como para no subestimar el tamaño de tu escote.

No es reprochable. Cada uno hace con su caja toráxica lo que quiere o lo que puede.

Sin embargo nunca ha sido un tema para mí. El tamaño. El de las tetas digo. 120 de corpiño junto con nada de pudor me han dado la gracia de disfrutar una adolescencia en pelotas. A pesar de los kilos que sobran… (Ese es otro punto, si tenes las tetas grandes no importa tanto todo el resto).

Pero, dos embarazos (Con sus respectivas, y extensas, lactancias) han causado estragos en un sentido. El “para abajo”. Los corpiños de mi talla, armados y bonitos, se han convertido en algo vital. Casi tanto como el tapa ojeras.
Dos de mis amigas, sin los 120 pero bien armadas, sin embarazos (Y sin lactancia, claro) sufren del mismo mal. Creo que se llama edad pero por ahora lo vamos a nombrar “la caída”. Tampoco estamos listas como para afrontar la depresión absoluta de la profundización en el tema.
Hemos decidido entonces, levantarnos las tetas. Las 6. Digo, las 6 tetas las 3 amigas.

Y de ser posible juntas. Así, mientras nos operan charlamos y podemos comparar. Es posible que el Cirujano, con nosotras tres hablando sin parar, abandone la profesión, pero este es otro tema.

Hemos decidido levantarnos las tetas, decía, y esperamos la oleada de críticas al respecto. Tres licenciadas, exitosas, que han abundado en lenguas y lecturas, en escritos y debates. Que saben, a ciencia cierta, que lo esencial es invisible a los ojos (frase puaj). Y qué? Nos vamos a operar igual.
Y que no me vengan con el riesgo quirúrgico, que al final corrés más riesgo cruzando una avenida llena de colectivos y tachos. Y si la objeción es económica es porque no tienen ni la más pálida idea de cuánto sale un corpiño. Talla 120. Con aro. Que no parezca el de mi abuela.
De todos modos, si por algún motivo no llegamos al quirófano, nos queda el consuelo de saber que si los hombres realmente popularizaron que el tamaño no es lo que importa, nosotras con mucha más facilidad deberíamos poder convencer al mundo de las ventajas de atarse las tetas con el cinturón.
Buenas noches (Y feliz cumple rubia).

1 comentario:

Lulu dijo...

Esteee... y, se operó?

A mí, con mucho menos que 120 (no sé qué será eso.. .en mi tierra tengo un 32A) y treinta y uno, empiezo a ver que se me quieren formar en algún punto las arruguitas del escote que tenía mi mamá...

Pechera plana y arrugada.... jum!
Más el asunto de que flaca como un alambre, sin mucha cola, pagarse el "subidón" con "aumento" es impensable... Sólo será "subida".

En fin, que me quedará tiempo para pensarlo luego de alguna posible maternidad. A futuro, claro.

Y sí, blonda a ratos!